¿Por qué educar en la afectividad?
Cuando hablamos de educación, entendemos que los niños, niñas y jóvenes deben adquirir una cierta cantidad de conocimientos organizados por categorías y diversas estructuras, que finalmente muestren resultados cognitivos de acuerdo a los lineamientos y estándares exigidos por la ley, procurando medir dichos conocimientos de manera simbólica en pruebas del centro, locales y del estado, descuidando otros aspectos esenciales.
Me refiero a enseñarles sobre las distintas capacidades que los forman como personas. Es por eso que padres de familia y educadores debemos alimentar la educación con valores humanos, a enseñarles a sentirse seguros para tomar decisiones , a auto aceptarse y aceptar al otro, en resumidas cuentas a ser venas personas.
La educación que debemos fomentar es la educación en la afectividad. La afectividad es la “capacidad de reacción de una persona ante los estímulos que provienen del medio externo e interno, cuyas manifestaciones principales son los sentimientos y las emociones”. En este eje, educar en la afectividad contribuye a que los niños, niñas y jóvenes mejoren sus capacidades de aprendizaje, el valor por lo que aprenden, para que lo aprenden, generando la capacidad de vivir felices y hacer un mundo mejor.
Los niños con este tipo de educación, no se alteran cuando se separan de las personas “Objetos de apego” y cuando se reúnen nuevamente con ellas se sienten muy bien.
¿Debe ser el profesor cálido con sus estudiantes?
Es una pregunta para reflexionar nuestro quehacer profesional, estoy seguro que significando la intencionalidad del aprendizaje en nuestros educandos, lograremos modificar y consolidar nuevos saberes que desarrollarán las capacidades multidimensionales para su respectiva utilización en el mejoramiento de su calidad de vida.
